Tras la invasión rusa contra el territorio de Ucrania, muchos gobiernos, organizaciones y empresas del mundo condenaron tal acción. Las grandes marcas que cuentan con sucursal en el país euroasiático anunciaron la suspensión de su relación comercial, como medida de presión para que el ejército ruso ponga fin a su ataque.
La acción de veto o permanencia de las principales marcas en Rusia generó un intenso debate en las redes sociales. Si bien un gran número de compañías anunciaron que cerraban su actividad en el país, hubo otras que no emitieron ningún comentario y la presión de los consumidores les obligó a reaccionar.
El caso más reciente fue el de Coca-Cola o McDonald’s, firmas que anunciaron su permanencia en el país ruso, a pesar de la invasión. Esta decisión no fue bien recibida, y desde las redes sociales usuarios comenzaron a promover las etiquetas #BoicottCocaCola o #BoicottMcDonald’s.
Ante la presión y críticas, ambas compañías anunciaron su salida del mercado ruso, uniéndose al clamor internacional que busca presionar la economía del país dirigido por Vladímir Putin, para que dé un alto al fuego en territorio ucraniano.
Presión en redes sociales impulsa a las empresas a tomar una decisión
Lo mismo sucedió el fin de semana con firmas como Inditex y Amancio Ortega, que se iban colando en tendencia en Twitter. Algunos tuiteros cuestionan que Inditex no hubiese cerrado todavía sus tiendas en Rusia.
Las críticas y rechazó en redes sociales obligó a la marca internacional a cerrar sus tiendas en dicho país y emitir un comunicado, en el que se lee que: “Inditex en las actuales circunstancias no puede garantizar la continuidad de las operaciones y de las condiciones comerciales en la Federación Rusa”.
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Mientras, los consumidores a escala global exigen que las marcas resaltan sus compromisos hacia los valores claros. Algunos destacan que quedarse operando en Rusia, a pesar de las sanciones y de la presión para no hacerlo, puede ser percibido por los consumidores como que toda la promesa de principios se termina cuando afecta a las cuentas corrientes.
De esta manera, la guerra contra Ucrania tras la invasión rusa, obligó a las numerosas marcas que tienen presencia en Rusia a decidir entre condenar el conflicto bélico o permanecer operativas en el país sancionado.