La gigante tecnológica estadounidense Google anunció que introducirá nuevos parámetros de segmentación para su herramienta de conocida como Performance Max. Con esta novedosa opción, los anunciantes podrán usar “objetivos de adquisición de clientes” para guiar sus campañas de una manera más eficaz.
Performance Max son un nuevo tipo de campaña automatizada de Google Ads que cuenta con apenas dos años en el mercado, pero ha conseguido posicionarse e impulsar a las marcas, puesto que utiliza Inteligencia Artificial para mostrar anuncios responsive en las principales redes.
Desde hace un tiempo, las campañas de compras inteligentes a través del negocio de publicidad de comercio electrónico se convirtieron en un negocio lucrativo para Google. Además, estas publicidades se incorporaron a Performance Max este año, al igual que las campañas de marketing local.
Sin embargo, esta herramienta ha presentado cierta complejidad, incluso para los estándares de Google. Los anunciantes no pueden controlar las campañas por medio de datos sencillos como palabras clave de búsqueda, segmentos de audiencia estándar, datos de ubicación e incluso orientación contextual del consumidor.
En su lugar, los anunciantes deben guiarse por un método diferente, que consiste en hacer un seguimiento a la hora del día en la que quieren llegar a los usuarios. Esto es lo que la firma tecnológica define como “señales de audiencia”, pero destacan que el anunciante debe cargar sus datos propios en Google, algo que genera controversia.
Google y las políticas de privacidad Performance Max
Los principales socios de Performance Max pueden contar con ciertos privilegios, tal es el caso de la firma Chico’s, socio piloto minorista, que utiliza el KPI de adquisición. De esta manera, la compañía puede ejercer cierto control otorgando mayor valor a los compradores que navegan por el sitio y compran artículos a precio completo, en lugar de a los clientes que antes compraban con grandes descuentos.
No obstante, existe una creciente sensación de que los legisladores estadounidenses mantienen una posición firme y buscan aprobar nuevas leyes federales que favorecerá a la privacidad del consumidor, pero afectará a las marcas, pues modificará la manera en la que obtienen datos para basar sus campañas publicitarias.
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A pesar de esta situación, hay que tener en cuenta que las leyes de privacidad en Estados Unidos son muy diferentes a las que la Unión Europea ya ha comenzado a aplicar. En el viejo continente, la urgencia política fue impulsada por los principales oponentes de las grandes tecnologías.
Si bien aún no hay nada confirmado, una publicación emitida por el medio Journal informa, que los legisladores estadounidenses consideran aplicar regulaciones que limitan la publicidad dirigida relacionada con casos de uso protegido, como vivienda, empleo o discriminación de precios.
Aún queda por esperar a ver cuál es la decisión final en torno a la decisión de controlar la información que el usuario suministra y que es aprovechada por las diversas plataformas para idear sus estrategias de publicidad e impactar en el mundo.