“Greenwashing”, acciones engañosas de empresas que se venden como “verdes”, pero en realidad no tienen una gestión sostenible.
Un hecho es claro: durante el 2017, los Millennials representarán al grupo de consumidores más grande a nivel mundial. Pero un aspecto que las marcas deben tener muy presente, es que la también denominada “Generación Y”, tiende a favorecer a las empresas que se proclaman socialmente responsables. De hecho, el 42 por ciento de los integrantes de esta generación, crea fuertes vínculos con los negocios que son amigables con el medio ambiente.
Por lo tanto, la identidad “verde” debería estar plasmada en el ADN de todas las marcas. Pero no siempre es así, sino que es sólo “greenwashing”, una práctica que consiste en fingir que son “amables” con el ecosistema, cuando en realidad contribuyen a la contaminación. En resumen, un conjunto de acciones poco éticas para engañar a los consumidores, que tu marca no debe imitar. ¡Apunta!.
- Destacar los atributos verdes y ocultar aquellos que no son responsables con el medio ambiente.
- Usar la frase “100 por ciento natural”, cuando en realidad te refieres a sustancias como el uranio o mercurio que se producen de manera natural, pero son perjudiciales.
- Afirmar que tu marca apuesta por la sostenibilidad de los productos, sin mostrar pruebas fundadas, ni certificados que lo avalen.
- Incluir etiquetas falsas que indiquen la supuesta aprobación y certificación de tu producto.
- Destacar que tus artículos están libres de ciertos compuestos, cuando en realidad, ya están prohibidos por Ley.
Tal parece que, la razón de todo está en el nuevo consumidor, que cada vez es más sensible a la práctica empresarial responsable. Es por eso que, sus compras se ven influenciadas por una orientación social y los productos sostenibles son cada vez más atractivos a los ojos de los usuarios. Según un estudio de la consultora BMGG, más de un tercio de los consumidores mundiales ven el estilo, el estatus y la ecología como aspectos integrados a la hora de tomar una decisión de compra.
El usuario tiene el poder en sus manos. Muchas marcas ya han decidido incluir iniciativas sostenibles porque sus clientes así lo exigen. De modo que, debes valorar el desarrollo de tu empresa desde una visión sustentable. Incluso, tus debilidades deben ser comunicadas con honestidad a tus clientes. Pero, a la vez, tienes que proponerte una evolución ética más respetable, sincera y comprometida con el ecosistema.