La presencia del COVID-19 ha afectado a muchos sectores del país, paralizando las operaciones. Uno de los afectados fue el sector de las confeccionistas de gamarra, que aún no ha alcanzado los niveles de ventas anteriores a la pandemia.
Moisés Estala, presidente de la Asociación Peruana de Industriales de la Confección (APIC). Ha afirmado que al menos el 50% de los fabricantes de ropa de la región de Gamarra han trasladado sus talleres al extranjero para reducir costes.
Esto significa que la mitad de los casi 20.000 empresarios del sector se han alejado de la fábrica de Gamarra. Prefiriendo instalarse en su casa para guardar las máquinas de coser y otras herramientas necesarias para la producción. Por ello, la mayoría de las instalaciones de Gamarra están actualmente vacías.
Moisés Estala explicó que los precios de alquiler de espacios varían según la ubicación y el tamaño. Dijo que los alquileres empiezan en 100 dólares, pero esta cantidad no la pueden pagar los fabricantes de ropa de Gamarra, porque tienen que sobrevivir. “Hemos perdido nuestro mercado interior y esto ha provocado que un gran número de confeccionistas abandonen Gamarra. Mientras que otros no han podido continuar con su negocio”, dijo Estela.
El presidente de la APIC señaló que la situación económica actual y la pandemia han provocado una contracción del mercado nacional. Como resultado, los fabricantes de ropa se han trasladado a barrios como Villa el Salvador, San Juan de Lurigancho, Comas y otros. Donde han instalado talleres de producción y comercializan sus productos.
Sin embargo, Estala advirtió que, aunque este mecanismo permite a los confeccionistas ahorrarse el alquiler. También tiene la desventaja de no estar ubicados en la zona de Gamarra, ya que están mucho más lejos de su mercado objetivo y pierden oportunidades de negocio. “El comprador de provincias no puede ir a las casas del campo a comprar ropa, estamos perdiendo oportunidades de negocio”, advirtió.
Esta publicación fue modificada por última vez el mayo 24, 2022 10:03 pm