Según una reciente auditoría de TÜV, Faber-Castell redujo sus emisiones en un 26 % más. El fabricante de lápices, que en 2021 cumple 260 años de vida, se abastece de energía renovable para sus actividades en todo el mundo.
Entre el 2019 y 2020, las emisiones de carbono de las plantas de producción de Faber-Castell se redujeron en un 26 %, o 12,000 toneladas, en comparación con el período previo. Esto equivale a la cantidad de CO2 que produciría un automóvil de pasajeros conduciendo alrededor de 70 millones de kilómetros. En relación con la cantidad de productos producidos a nivel mundial, las emisiones se redujeron en un 20 %. Para un millón de piezas producidas, las emisiones disminuyeron de más de 13 toneladas a menos de 11. Este es un hecho notable que puede atribuirse al aumento de la proporción de electricidad procedente de fuentes renovables de energía.
Además de Brasil y Austria, que han cubierto sus necesidades con 100 % de electricidad ecológica, Perú y Alemania han cambiado a energía exclusivamente ecológica. Esta reducción fue posible al disminuirse el número de envíos de carga aérea. Como siempre, los cálculos fueron auditados por TÜV y compensados tomando en cuenta el carbono almacenado en los bosques de la empresa en Brasil.
A nivel mundial, las fábricas de Faber-Castell utilizan hoy casi el 85 % de energía térmica y eléctrica de fuentes renovables. Asimismo, la sede central de la empresa en Stein, Baviera, Alemania, ha sido productora de electricidad ecológica gracias a una turbina de agua. La planta de Brasil, el productor de lápices más grande del mundo, ha comprado energía de fuentes renovables por más de 15 años. Desde 2019, la planta utiliza solo electricidad ecológica y ha realizado mejoras significativas a través de ambiciosos objetivos ambientales relativos a aguas residuales y eliminación de residuos.
Las empresas de producción de Faber-Castell en nueve países sostienen una fabricación neutra de carbono gracias a las 10,000 hectáreas de bosques de pino plantados en Brasil, un modelo único de la industria de artículos de papelería. Los bosques con certificación 100 % FSC proporcionan la materia prima para la fábrica brasileña de lápices y pueden cubrir hasta el 80 % de la demanda global de madera del grupo Faber-Castell. Toda la otra madera utilizada para la fabricación de lápices también está certificada por el FSC o el PEFC. Por lo tanto, los 2,300 millones de lápices de grafito y lápices de colores producidos anualmente provienen de fuentes 100 % sostenibles.
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