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En 2021 se experimentó una recuperación económica importante, la cual supuso una respuesta a la aguda crisis que había generado la pandemia. Sin embargo, estos síntomas de mejoría no fueron capitalizados en las condiciones laborales de los trabajadores en su respectivo empleo, esto en comparación al año 2019.
Pese a que en el último trimestre móvil, que comprende los meses de junio, julio y agosto, el sector laboral de Lima Metropolitana llego 5 millones 15 mil 400 personas, mientras que la población del subempleo llego a unos 2 millones 155 mil 600 personas, esto en el informe más nuevo publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Es importante señalar, que el subempleo comprende a aquellos trabajadores que laboran por debajo de las 35 horas a la semana; o en su defecto, que reciben menos ingresos con respecto al valor referencial, con lo cual están más vulnerables frente al marco normativo vigente.
Simultáneamente al crecimiento del trabajo precario, se puede vislumbrar una reducción del empleo adecuado, cuyo sector termino perdiendo 325.100 empleados hasta el mes de agosto, contando con una población de 2 millones 859 mil 900 personas
A través de ese segmento, se puede desprender que existe una enorme presencia de mujeres insertas en esa modalidad.
De manera concreta, por cada 100 personas que forman parte de la población económicamente activa (PEA), unas 40 se encuentran en el subempleo, esto sucede porque o les faltan 12 hora de trabajo y 28 son de menores ingresos.
Para Marta Tostes, quien es decana de la Facultad de Gestión y Alta Dirección de la PUCP, comenta que uno de los aspectos más críticos experimentados es el aumento de las personas subempleadas por ausencia de ingresos, lo que represento un 35,7% con respecto al año previo a la pandemia.
La decana señalo lo siguiente: “Casi un tercio de la población recibe un salario por debajo del mínimo vital. Este desgaste de la renta familiar incrementará la vulnerabilidad de las familias por la pérdida de su poder adquisitivo real”.
Tomando en consideración los niveles experimentados de inflación, los cuales se normalizaran para el segundo semestre de 2023, el segmento de la población más vulnerable, experimentaran dificultades a la hora de adquirir los bienes de la canasta básica familiar y contaran con una menor capacidad de ahorro. Así mismo, la tardanza en los reacomodos de la remuneración básica, hacen fundamental el papel que puede jugar el Consejo Nacional del Trabajo (CNT), esto con el fin de articular estrategias en favor de la ciudadanía.
Por ejemplo, el ingreso promedio abarco los S/1.700,30, un /16,80 menor al ingreso prepandemia, lo que represento una disminución del 1%. No obstante, en términos reales su diferenciación puede llegar a ser de -20%, siempre y cuando se contextualice la inflación. Esto explica el economista Armando Mendoza.
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Fuente: La República
Esta publicación fue modificada por última vez el septiembre 28, 2022 10:49 am