La velocidad es una característica de las Redes Sociales. Pero, ¡no tan rápido!: detente y razona sobre el contenido que vas a publicar.
En algunas oportunidades es mejor mantener la boca cerrada y liberarla de palabras peligrosas y (exponencialmente “fatales”). Si bien es cierto, esa premisa nos es inculcada desde la vieja escuela, no sólo sirve para la vida en general, sino también para el contexto de las Redes Sociales, donde el silencio también puede ser una jugada maestra.
Las marcas suelen ser un poco “indiscretas” en lo que a Social Media se refiere o simplemente no invierten más de cinco segundos en meditar sus acciones y, por lo tanto, corren el riesgo de caer en las garras de más de un usuario enfadado.
Sin embargo, hoy queremos ayudarte y, por eso, nos apoyaremos en la reciente infografía de Red Website Design, donde resaltan una lista de las 5 cosas que las marcas no deberían publicar nunca en la vida en las Redes sociales (a menos que su objetivo sea “morir” en el mundo 2.0): ¡Anota!.
1. Contenidos irrelevantes
El “newsjacking” es un arte cuyo dominio exige muchísima maestría y que sólo tiene sentido cuando se cuelga del brazo de contenido verdaderamente relevante.
2. Posts de carácter negativo sobre clientes
Algunos clientes parecen directamente salidos del inframundo y se hacen acreedores de las peores respuestas por parte de las marcas. Sin embargo, tales acontecimientos están absolutamente vetados en las Redes Sociales.
3. Contenidos excesivamente promocionales
El “autobombo” es perceptible a kilómetros en las Redes Sociales y la gente acostumbra a salir despavorida cada vez que éste asoma a su nariz.
4. Posts religiosos o políticos
La religión y la política son esos temas que siempre terminan por polarizar las opiniones de la gente, por lo tanto, es mejor evitar tales temas en las redes sociales (o en su defecto abordarlos con sumo tacto y criterio).
5. Contenidos ajenos (y no atribuidos a su verdadero autor)
Es válido que las marcas compartan contenidos ajenos en las Redes Sociales, pero deben siempre tomarse la molestia de citar al autor y reconocer su trabajo y esfuerzo.