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Existe una filosofía japonesa que ha viajado desde el oriente para instalarse en el lenguaje universal del negocio: el benchmarking. Esta llama a analizar la competencia para aprender de ella y mejorar aquello que hace. Bajo esa premisa, ha estado presente en grandes organizaciones de América Latina siguiendo cierta lógica orientada a potenciar las capacidades comerciales. En este artículo, aprenderemos sobre él y conoceremos sus etapas.
Algunos expertos definen el benchmarking como un proceso de evaluación continua y comparativa de productos, técnicas, servicios y procesos entre organizaciones, con el objetivo de tomar sus mejores características o modelos para igualarlos o mejorarlos. De esta manera, llegar a ser más competitivos dentro del mercado y lograr el mayor rendimiento de la empresa.
La evaluación se enfoca en tomar los métodos o sistemas más resaltantes de otras empresas y adaptarlas a la organización que la aplica, con la premisa básica de lograr mayor efectividad y productividad en la compañía.
Por esta razón, los comparativos no necesariamente tienen que ser del mismo ramo, ya que las soluciones para lograr mayor rendimiento se pueden encontrar en otros sectores.
Una de las principales características de este método de estudio es que analiza de forma continua las tendencias del mercado, lo cual es un práctico referente para la mejora de los procesos y alcanzar mayor rendimiento. Con este objetivo, la técnica incorpora la retroalimentación como parte de un programa de mejora continua.
Una vez aprendido sobre el benchmarking: qué es, objetivos y características, conviene conocer sus tipos y etapas.
Es aquel que se desarrolla en el seno de la misma organización. Parte de la premisa de que en lo interno de la empresa existen diferentes métodos y procesos de trabajo en las distintas áreas de la compañía. Al poder identificar las mejores prácticas comerciales, podrán ser transferidas a otras instancias en el seno de la organización, buscando la maximización de los resultados y el rendimiento.
También resulta beneficiosa para motivar a los empleados a mejorar su comunicación. No requiere de gran inversión porque la información se obtiene dentro de la empresa.
Se da por medio de la comparación de los procesos, servicios, funciones y estándares de la organización frente a la de su competencia. Puede ser el más complicado, pues, la recopilación de datos puede resultar difícil si no se logra que el competidor colabore en el estudio y, por lo general, este se reservan sus ventajas competitivas.
Para lograr esto, en ocasiones se pueden obtener datos a través de fuentes directas: antiguos empleados, proveedores y clientes, pero esto conlleva a que la investigación sea mucho más limitada. También es posible empleando vías alternas: publicaciones, Internet, catálogos o estudios de productos.
Se realiza con el objetivo de identificar la práctica más exitosa de aquella empresa que se considera líder de un mercado específico y que sea excelente en el área que se quiere mejorar para así comparar procesos y poder hacer los cambios necesarios en los estándares de la organización.
Este caso, no necesariamente se refiere al competidor directo. En realidad, se ejecuta entre empresas de un mismo sector, pero que no son competitivos directamente entre sí, lo cual incluye a los competidores indirectos y a aquellas empresas que logre sus objetivos de forma excepcional. La actividad puede resultar muy productiva porque fomenta la investigación y promueve los datos compartidos.
Este tipo de benchmarking consiste en comprar los logros de la organización con la mejor que exista en el ramo o sector. Busca comparar de funciones o procesos operativos afines sin importar al sector al cual pertenecen.
Su principal función es definir el objetivo de la investigación, este debe ser factible para controlar el margen de error, por lo que se recomienda centrarse en un área específica. Para ello. es necesario determinar qué se quiere mejorar.
La otra pregunta clave es determinar frente a quien se va a medir la organización, lo que será fundamental para seleccionar el tipo de benchmarking a aplicar en el estudio. De esta manera, se podrá saber si se evaluaran procesos internos dentro de la misma organización en diferentes departamentos (benchmarking interno) o si realizaremos una comparación con una empresa de dentro o fuera del ramo.
Ayuda a determinar cuál información es imprescindible para llevar a cabo el estudio y determinar las formas de recolectarla. Este paso se debe ejecutar antes de establecer contacto con el competidor potencial.
El principal objetivo es identificar las oportunidades de la empresa para mejorar los procesos que generan las diferencias frente a la organización estudiada. A partir de este punto, se realizarán las propuestas viables a ser ejecutadas y así propiciar los cambios.
Es la etapa de incorporar los cambios necesarios y adecuados para aumentar la productividad y rentabilidad de la empresa. Para lograr mayor efectividad, es necesario definir las metas y objetivos de las mejoras y así lograr los resultados esperados basados específicamente en los datos arrojados por la evaluación.
Es imprescindible hacer un informe que recoja toda la información del proceso para que se convierta en un referente en estudios posteriores y aliente el proceso de mejoramiento continuo en la organización.
Con lo planteado, se puede decir que el benchmarking es una herramienta que permite implementar mejoras de las prácticas dentro de los negocios con el objetivo de lograr mayor competitividad dentro de un mercado. Así, realizar una evaluación comparativa para mejorar la productividad de la empresa y reducir el riesgo empresarial.
Esta publicación fue modificada por última vez el febrero 8, 2022 10:56 am