La firma tecnológica estadounidense Meta, propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp, anunció la compra de la empresa de gestión de relaciones con los clientes, Kustomer, por la suma de 1.000 millones de dólares.
En tal sentido, la compañía indicó que esta nueva adquisición se traduce como un avance para sus futuros planes de hacer que sus aplicaciones de servicio de mensajería instantánea, WhatsApp y Messenger, les permita generar más ingresos.
Con más de 2.000 millones de usuarios activos mensualmente en todo el mundo, WhatsApp ofrece a Meta una importante relevancia en el comercio electrónico, pus ve la facilidad en la que los negocios puedan conectar con los clientes.
Ante esto, una publicación compartida por Bloomberg sostiene que el servicio de mensajería instantánea firmó algunos acuerdos con socios comerciales en mercados internacionales, para crear nuevas opciones de pago o transferir dinero dentro de la aplicación, con el propósito de que los usuarios no cambien de plataforma para realizar transacciones.
Meta y los inconvenientes para adquirir Kustomer
La revelación de ese tipo de negocios y planes por parte de Meta fue el detonante para que las autoridades regulatorias de diversas partes del mundo decidieron tomar una acción contra la compañía.
En noviembre de 2020, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) interpuso una demanda contra la entonces nombrada Facebook, por presunta “monopolización ilegal”.
Esta relevancia en los negocios y en las aplicaciones de mensajería instantánea encendieron las alarmas para los reguladores en diversos territorios. La adquisición fue anunciada por la entonces Facebook en noviembre de 2020; sin embargo, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) demandó a la compañía por “monopolización ilegal”.
A pesar de que la empresa consiguió superar las investigaciones de la FTC, un segundo inconveniente tuvo que pasar la firma antes de adquirir Kustomer, debido a que la Unión Europea inició una investigación en enero de 2021 por la sospecha de que la operación podría reducir la competencia en el mercado de suministro de software de gestión de relación con los clientes.
Debido a la situación Meta tuvo que realizar una serie de compromisos para los próximos 10 años, entre los que se encuentran asegurar “el acceso no discriminado a servicios de software para sus competidores y sin cargos a sus interfaces de programación de aplicaciones para sus canales de mensajería”.
