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Después de la pandemia de la covid-19, las personas buscaron las formas de emprender para subsistir, unos perdieron sus empleos y otros que tenían su propio comercio tradicional, decidieron utilizar los canales digitales para seguir adquiriendo sus ingresos. En ese sentido es importante conocer la diferencia entre comercio electrónico y tradicional
Desde la pandemia se empezó a notar un fuerte desplazamiento de los negocios físicos al comercio digital. A este último no solo migraron tiendas ya establecidas; puesto que, los emprendimientos también surgieron con esta nueva metodología.
Pero ahora bien, ¿por qué las personas han decidido optar por el ecommerce en vez de los comercios tradicionales? Para ello, primero hay que definir cada una.
Es la venta de bienes y servicios de manera presencial, su principal característica. Es incluso, uno de los métodos más antiguos como método de negocio. Necesita de un establecimiento físico para poder trabajar y subsistir.
Entrega de productos a cambio de dinero de manera inmediata.
En este caso se habla, preferiblemente, de operaciones a través de internet para la venta de bienes y servicios. No necesita de una local para funcionar, sin embargo, aunque cause miedo en algunos usuarios, ya es una práctica bastante segura para miles de personas.
Su mayor plus es la optimación del dinero y el tiempo, es decir, que en cualquier momento el dueño de la empresa siempre este en constante ganancia.
Mientras que en el comercio digital, solo se necesita buscar el requerimiento por medio del teléfono móvil o en su computadora, luego ingresar a la página web del establecimiento o por la red social de WhatsApp y generar la compra.
Ambos comercios pueden llevarse en conjunto pero para ello, también es importante conocer los pro y contra de cada uno.
En esta categoría la ventaja mayor sería del ecommerce, porque la persona solo gastaría la compra y no se trasladaría.
El comercio tradicional tiene límites geográficos, al menos que sea una gran sucursal mundial. Se encuentra en una zona específica para que las personas puedan llegar, el problema es que estos lugares pueden ser de fácil o de difícil acceso.
En el caso del comercio digital, su alcance es global, desde cualquier parte del mundo se puede acceder; sin embargo, habrá que conocer si la tienda hace envíos a nivel internacional.
El punto de la desconfianza por una estafa, por querer comprar en un establecimiento en el extranjero es un tema en contra del ecommerce, pero actualmente existen sitios web seguros para realizar estas compras y en caso de inconvenientes se puede reportar el suceso.
Algunos comercios digitales no aceptan efectivos por la distancia, pero eso no impide una compra segura.
Actualmente se puede dividir para ambos comercios y es una ventaja que ambos tienen.
Pero las tiendas físicas, cada día se abren a más ofertas de pagos, ya no es solo tarjetas de débitos o crédito, cheques o efectivos, también pueden ser criptomonedas, billeteras móviles o aplicaciones móviles de dinero internacional.
Los productos se entregan inmediatamente en el comercio tradicional mientras que en el digital pueden pasar horas o hasta un mes, dependiendo del establecimiento y si se encuentras en el mismo país.
En esta oportunidad, el plus es del negocio más antiguo del mundo, puesto que, a veces la venta tardía pueden alejar a los clientes.
Por más que sea, el mundo está en constante cambio y con un ritmo agitado que no todos son capaces de tener paciencia para esperar.
El punto más importante para que las personas quieran o no emprender es debido a la inversión.
En el comercio digital sí se necesita de un capital para alquileres, personal, traslados de mercancías, compromisos legales, remodelaciones, renovación de stock, entre otras peticiones.
Sin embargo, en el ecommerce no se necesita de un establecimiento físico, puede que una bodega en caso de ser necesario por la mercancía pero sino, desde la comodidad de la casa.
Los empleados no deberán ser tantos como un lugar físico, los compromisos legales son con las plataformas bancarias para recibir las ganancias.
Aquí se evidencia que puedes estar en casa haciendo otras actividades mientras manejas el negocio.
Respecto a la publicidad, el comercio tradicional se basa primero en carteles de anuncios para que los identifique en el lugar que se ubica. Además de esto, se hace de manera masiva sin buscar la personalización.
Por eso, recurren a vallas, distribución de folletos e intercambios y en algunos casos recurren a los medios digitales para también darse a conocer.
El ecommerce, en cambio, prefiere invertir en las redes sociales, sitios web que lo ayuden a posicionarse en búsquedas digitales. Utilizan la TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) por medio de promociones de productos y servicios.
Para este método de venta, el dinero está involucrado en multimedia, emisiones en páginas web, redes sociales e incluso en programas asociados a su nicho, son camino al éxito asegurado.
Comercio tradicional tiene horas predeterminadas para la atención al público y en sí, para lograr su objetivo, en el ecommerce la persona puede comprar cuando quiera en donde quiera.
Ecommerce es fácil de establecer y mantener prácticas estándar, mientras que en lo tradicional, es totalmente lo contrario.
El comercio tradicional centra su recurso en el lado de la oferta, mientras que el ecommerce se enfoca en la demanda.
Cabe acotar que, luego del confinamiento en 2020 y parte de 2021, los números de personas que utilizaban este método para comprar y vender aumentó.
Y es que se estima que la cifra de negocios del comercio para este 2023 se estipula en 6 billones de euros (alrededor de 6.6 billones de dólares americanos).
No obstante, se espera que para 2025 sea de 7 billones de euros (7.6 billones dólares americanos aproximadamente), , indicó el portal web Stackscale.
Esta publicación fue modificada por última vez el septiembre 5, 2023 1:57 pm